1. HTTPS (HyperText Transfer Protocol Secure)

La versión más adulta y responsable del HTTP. Mientras que HTTP deja que los datos de tu sitio vayan por ahí en modo “autostop”, HTTPS le pone cinturón de seguridad y lo lleva en un coche blindado. Si no tienes HTTPS, tu web grita “¡Hackéame, soy gratis!”. Implementa un certificado SSL y todos felices.

2. SSL (Secure Sockets Layer)

Esto es básicamente lo que hace que el “candadito” aparezca en la barra de tu navegador. Sin SSL, tus datos viajan por internet como un paquete sin envolver. Si te importa la privacidad de tus usuarios, ponle un SSL.

3. CMS (Content Management System)

En cristiano: el software que te deja montar y gestionar tu web sin ser un programador loco que vive entre líneas de código. WordPress es el rey indiscutible de los CMS, y si lo usas, puedes decir que “gestionas un CMS”, lo que suena mucho más pro que decir “hago una web”.

4. Plugin

Un pequeño héroe enmascarado que añade funcionalidades extra a tu web. ¿Quieres un formulario de contacto? ¿Un pop-up de suscripción? ¡Hay un plugin para eso! Solo ten cuidado, instalar demasiados puede hacer que tu web vaya más lenta que un caracol con ciática.

5. Tema (o Template)

Es como el traje de tu web. ¿Tu página tiene un look retro, moderno o minimalista? Eso lo decide el tema. Y lo bueno es que puedes cambiarlo cuantas veces quieras, aunque cuidado, demasiados cambios y podrías acabar con una mezcla rara de carnaval digital.

6. SEO (Search Engine Optimization)

Este es el arte de seducir a Google. Porque sí, Google tiene preferencias, y el SEO es la técnica que te hará subir en sus rankings y ser el primero en la lista cuando alguien busque lo que tú ofreces. El SEO es como ser popular en el instituto, pero para webs.

7. Responsive Design

Esto significa que tu web no se ve como un churro en el móvil. Si tu página se adapta y se ve igual de bien en un ordenador, tablet o móvil, felicidades: tu diseño es responsive. Y si no lo es, probablemente estás perdiendo el 50% de tus visitas.

8. Hosting

El terreno donde se construye tu casa digital. Si tu hosting es lento o barato, prepárate para sufrir caídas y tiempos de carga eternos. Piensa en el hosting como en el alquiler: paga un poco más para no acabar en el barrio malo de internet.

9. Dominio

La dirección de tu casa en internet. Es lo que la gente escribe en su navegador para encontrarte (como www.mitiendadigital.com). Cuanto más corto, mejor, porque nadie quiere escribir “sitiowebbonitodecorazonfamoso.com”.

10. Backend

El oscuro sótano donde ocurre la magia. Es la parte de tu web que el usuario normal no ve, pero que controla todo: desde las bases de datos hasta la gestión de contenidos. Es como las tripas de tu web, y confía en mí, no quieres meter las manos ahí sin saber lo que haces.

11. Frontend

Aquí es donde está el arte. El frontend es lo que tus usuarios ven y con lo que interactúan: el diseño, los botones, las imágenes, los textos… Si el backend es el motor del coche, el frontend es la carrocería pintada y reluciente.

12. UX (User Experience)

Esto es básicamente la forma en la que tu web trata a los visitantes. Si se pierden en el menú, no encuentran el botón de compra o tu web carga lentamente, estás haciendo un mal UX. Una buena experiencia de usuario es como recibir a tus invitados con una cerveza fría y una silla cómoda.

13. UI (User Interface)

Esto es como el estilista del UX. El UI se ocupa de que todos los botones, menús y enlaces no solo funcionen, sino que además se vean guay. Una buena interfaz de usuario es como un traje bien cortado: te hace ver elegante y profesional.

14. Firewall

El portero de discoteca de tu sitio web. El firewall decide qué tráfico puede entrar y qué tráfico tiene que dar media vuelta y buscarse otro bar. Sin él, estás invitando a todos los hackers del barrio a tu fiesta digital.

15. WAF (Web Application Firewall)

El primo sofisticado del firewall, diseñado especialmente para proteger aplicaciones web como WordPress o WooCommerce. Evita que ataques como inyección SQL y XSS arruinen tu día. Piensa en él como un guardaespaldas de élite para tu web.

16. Malware

Este es el villano de cualquier web. Malware es software malicioso que puede infectar tu sitio y convertirlo en un campo de batalla. Para evitarlo, siempre mantén todo actualizado, como si fueras el Steve Rogers de la web (¡sin olvidar tu escudo!).

17. Cache

Esto es como guardar tus cosas favoritas en el bolsillo para no tener que ir a buscarlas cada vez que las necesitas. Cache guarda temporalmente versiones de tu web para que cargue más rápido. ¿A quién no le gusta una web que no te deja esperando?

18. API (Application Programming Interface)

Una API es como un camarero que lleva mensajes entre la cocina (servidor) y tu mesa (el navegador). Si pides un café (datos), la API se lo pide al barista (el servidor) y te lo trae sin que tengas que moverte.

19. DNS (Domain Name System)

El GPS de internet. Cuando escribes un dominio (como www.lumicawebdesign.com), el DNS se encarga de traducirlo a una dirección IP que los ordenadores puedan entender, como si fuera un mapa digital que te lleva a donde quieres ir.

20. UI Kit

Una caja de herramientas con componentes prediseñados (botones, sliders, formularios) para que no tengas que inventar la rueda cada vez que creas una web. Piensa en él como los muebles de IKEA de tu página: fáciles de armar y quedan bien, siempre y cuando sigas las instrucciones.

¡Y ahí lo tienes! Un glosario de términos de diseño y desarrollo web, desglosados para que puedas impresionar a tus amigos o a tus clientes en cualquier reunión. Y si no, al menos ahora sabes qué demonios es un WAF o por qué tu web necesita un SSL.